Es muy común el caso de estar en el cine, no saber qué película ver, observar en la cartelera dos películas, una extranjera y otra latina, y, sin pensarlo mucho decidirnos por la primera opción. Es triste decirlo, pero son muy pocas las personas que al encontrarse en este caso se decidirían por la segunda película, ya que, por lo general, somos ya sea muy ignorantes o muy despreciativos con respecto al cine latino.
La respuesta a estas interrogantes no está solamente en nuestras continuas frases y pensamientos, en creer que las películas de Latinoamerica son “malas” y “o de bajo nivel, en que no es lo mismo ver a Bruno Bichir que a Sean Penn, en que nuestro nivel sociocultural va más allá; sino que implica también el plantearse si no es que en el fondo tenemos miedo de ver una película mexicana y toparnos de frente con nuestra realidad.
Porque la verdad es que es muy fácil criticar algo cuando no nos gusta, en especial cuando se refiere a nuestros vecinos norteamericanos, pero lo difícil está en criticar algo que es nuestro, que forma parte de nosotros, y que no siempre es de nuestro agrado.
Actualmente, esto es lo que hace nuestro cine, plantearnos las cosas comos son, señalar nuestras características, sean éstas buenas o malas, corruptas u honestas, sinceras o falsas, pero al fin y al cabo nuestras. Porque la esencia de los latinos está en todo lo que hacemos, en todo lo que decimos y es algo de lo cual no podemos renegar. Porque el cine latino toca temas de actualidad, temas que muchas veces son temidos por “la crema y nata” de la sociedad, que suelen verse involucrados en ciertos casos.
Así, temas como la corrupción en México, la pobreza de las favelas, o los golpes militares en paises del cono sur, las relaciones premaritales, el lenguaje vulgar y el desinterés del latino hacia su propia vida, son temas que generan controversia y confusión, porque como he mencionado anteriormente, no estamos acostumbrados a vernos reflejados dentro de una simple pantalla.
Sin embargo, todas estas razones me parecen en realidad excusas, barreras que como espectadores nos ponemos y que por lo mismo, no nos permiten encontrarnos con nosotros mismos.
La evolución del cine se ha ido desarrollando conforme a esta búsqueda de identidad, y ha incluido géneros tan diferentes, que intentan reflejar lo que actualmente vivimos.
Y es que nuestro actual cine latino es rico en cultura, aún cuando a veces ésta no es positiva; porque en fin, todo lo que se incluye en una película mexicana, ya sea nuestro ingenio, humor, o desfachatez, forma parte de lo que somos: de nuestro contexto cultural, que como tal, se ha encargado de reflejarnos y trascender para darnos un lugar dentro del cine internacional.
¿Pero es se deben tocar estos temas para trascender? ¿Es necesario mostrar la crudeza que nos ahoga? ¿No es el cine un entretenimiento que debería promover la diversión más que el sufrimiento?
Por tanto, no se puede excluir del cine latino a las películas actuales, a las de la época de oro, o a películas de algún otro tipo, porque cada una se ha encargado de formar nuestro cine para llevarlo a ser lo que ahora es; porque cada una contiene ideas y estilos propios y esto es lo que nos hace ricos como continente, la diversidad de ideas y opiniones.
Pero lo más importante, es que en cada película, un latino ha intentado plasmar algo dentro, y de forjar un sentido de pertenencia, para así, lograr que nuestro cine nos haga sentir orgullosos de lo que somos y, para que al estar frente a una cartelera, podamos decir con gusto: “Yo me voy por la pelicula Latina.